domingo, 1 de enero de 2017

CERROS DE LA LUZ-MALABRIGO Y MANCEBA (CASTELLAR) 28 DIC 2016

Este sendero se desarrolla entre las fincas públicas La Boyal y Almoraima en el término municipal de Castellar de la Frontera, subiremos a los Cerros de la Luz (255 mts), Malabrigo (367 mts) y Manceba (355 mts), la poca altura de los mismos no es impedimento para que podamos tener magníficas panorámicas del Pantano y Río de Guadarranque, Bahía de Algeciras y Peñón, sierras malagueñas de Las Nieves, Bermeja y Crestellina, y con suerte la del Pinar, Endrinal y Caíllo en Grazalema.
En el Cerro de la Manceba existen una serie de abrigos horadados en la arenisca que pueden ser visitados, si queremos, aunque parece ser que no existen pinturas rupestres por lo que su interés es el meramente geológico.

Dejamos el coche en el arcén de la carretera, aproximadamente en el km.10 de la CA-512, que discurre por la parte baja del Castillo de Castellar y una vez pasado el Puerto del Cardo, al inicio de la pista que se introduce en la Dehesa de La Boyal. 

Aunque la mayor parte del camino se desarrolla por pista, debemos tener en cuenta que la subida y posterior bajada por el cortafuegos del Cerro de La Manceba se hace larga e incómoda, y sobre todo, y una vez vadeado el arroyo del Corchadillo tendremos un tramo de 450 metros de endiablada subida en las que tendremos que levantar 100 metros de desnivel que pondrán a prueba nuestras piernas.

NOTA IMPORTANTE: Para el acceso a la Finca de la Almoraima es necesario contar con permiso previo por parte de la Oficina Central de la misma. Hay que pagar.

Dejamos el coche en: 36º19.958'N - 5º27.048'W
Distancia: 14,42 kilómetros. No paro de insistir en recordad que mis tracks están limpios, por lo que esta distancia es la mínima haréis siguiéndolo sin dar un paso de más. 
Tiempo: 6 horas 25 minutos.
Dificultad: Moderada (con un puntito de salsa 😉).

Dejamos el coche en un arcén justo al comienzo de la pista que nos lleva a la Dehesa de La Boyal.

No hemos andado ni doscientos metros y ya tenemos una primera panorámica de la Serranía de Ronda,  a pesar de estar nublado y la bruma existente, se aprecian bien el Hacho de Gaucín, Gaucín, Casares y a la derecha Sierra Bermeja y por detras lo que creo es la Sierra de las Nieves.

La dehesa “La Boyal” es una finca rústica que actualmente pertenece al Común de Vecinos de Castellar. Su gestión es llevada a cabo por el Ayuntamiento conjuntamente con la Junta Rectora, representada por la Asamblea General de Vecinos.
Tiene una extensión de 526 hectáreas. Comprenden las parcelas de El Baldío, Las Lomillas, Malabrigo, Cerro de La Luz, La Moheda y Haza de Los Cahujones.
Una balsa de agua en el llano, llama nuestra atención, se trata de un lugar dónde los vehículos contraincendios pueden abastecerse de agua, caso de necesidad, se trata del Embalse de Las Matillas. Toda esta zona es conocida como El Gamero.

Es difícil resistirse y no parar para volver a ver lo ya visto, en estos momentos creo distinguir en la distancia el pico de La Torrecilla (1.919 metros) en la Sierra de las Nieves.

Y algo más a la derecha, Sierra Crestellina, Sierra Bermeja y Casares.

Seguimos por la pista y a lo lejos vemos el segundo cerro del día, se trata del Malabrigo, aunque antes tenemos que pasar por el Cerro de la Luz.
En las proximidades del Cortijo de Mercader es posible aparcar, así que los que seáis un poco "flojindones" podéis aparcar aquí y ahorraros 2,6 kilómetros del total.

Una mirada atrás nos permite una primera visual del pantano de Guadarranque y elevaciones cercanas, fijando un poco la vista alcanzamos a ver incluso el Tajo de las Escobas o de Las Corzas en la Sierra de Ojén (visitado en febrero de 2014).

Abandonamos momentáneamente la pista para iniciar el ascenso al Cerro de la Luz (255 mts). Rodeado en rojo el cartel indicador de la subida. La flecha roja señala por dónde regresaremos.

El cartel y la veredilla de subida.

Otro indicador aunque ciertamente el camino está muy claro.

La cartelería anuncia un mirador en este cerro aunque lo cierto es que no existe ningún lugar preparado como tal, y sí la propia cima. Esto nos permite adelantarnos al siguiente movimiento, bajaremos el cerro, nos incorporaremos nuevamente a la pista y dirigirnos al Cerro de Malabrigo. Señalado con una flecha blanca el lugar dónde se inicia la subida, y si tenéis buena vista también veréis otro cartel indicador.

Una vez en la pista retrocedemos unos metros para fotografía el Cortijo de la Fuente del Moro.

Estamos llegando a la nueva salida de pista. Otro cartel indicativo nos avisa del camino a seguir. Si más que "flojindones" sois de los "negados", este lugar sería otro buena alternativa para aparcar, el ahorro sería de 4 kilómetros sobre el total. Eso sí, tendríais que ir algo hacia atrás para subir al Cerro de la Luz.


Aunque la subida es más pedregosa y larga, el camino es más bonito que el anterior.

A nuestra derecha encontramos el Cortijo del Moro, más bien lo que queda de él.

A pesar del sol de cara y la bruma, hacia el sur podemos distinguir el Castillo de Castellar (visitado en febrero de 2015), la Bahía de Algeciras y el Peñón de Gibraltar.

Por delante del castillo vemos Las Lomillas, el Cerro de la Luz y el Cortijo de la Fuente del Moro.

A media subida nos encontramos con el Cortijo de Malabrigo.


Y ya disfrutamos de nuevas vistas.

Hacia poniente las sierras de la Oída y Murta (visitada en enero de 2015), la Loma de la Molina más cercana y bajo ella el río Guadarranque.

En lo alto del cerro y al lado del vértice geodésico hallamos una caseta de vigilancia forestal.

No me resisto a inmortalizar esta bella imagen, un tronco seco colonizado por Gymnopilus suberis.

Y la foto de rigor.

La bajada del Cerro de Malabrigo nos lleva directamente a la cancela de entrada a la Finca de la Almoraima. Supongo que el guarda y al tener conocimiento de una visita, la dejará abierta.

Salvo la parte final todo el camino dentro de la finca lo haremos por una pista forestal con imnumerables y recientes marcas de neumáticos. Alguna de las rutas que ofrece la empresa en 4x4 debe pasar por aquí.

Todo el tiempo iremos cerca de la alambrada aunque en algunos tramos la perdamos de vista.

Conectamos nuevamente con otra pista más grande en las proximidades del Cerro del Atillo.

En la cartografía este cerro está escrito con "h" pero en esta indicación está sin ella. Se conoce como "Atillo" a una cuerda fabricada con las hebras de las hojas de las pitas, en cambio "Hatillo" es un paquete de ropa o enseres envuelto en un paño o tela que se ataba en el extremo de un palo y que antiguamente solían llevas algunos caminantes y gente de baja alcurnia. Me inclino a pensar que la forma correcta de escribirlo es la que figura en el cartel informativo.

Un poco más adelante nos salimos de la amplia pista para comenzar una subida por una vereda que se abre a nuestra derecha. Un par de piedras encima de una pocetilla nos marca el lugar.

Esta parte del recorrido es la más húmeda, algunas correntías y charcos embarran nuestro paso. Vamos camino de la Loma del Mirador de las Cañas.

Llevamos rato dejando la alambrada a nuestra derecha y las marcas de neumáticos siguen patentes.

Cerca de la loma citada tenemos una buena vista sobre la vaguada por dónde discurre el Arroyo de la Madre Vieja. Impresiona ver decenas de árboles muertos por una enfermedad fúngica conocida como la Seca, producida por hongos del género Diplodia e Hipoxilum sin que a nadie, Administración a la cabeza, parezca preocuparles demasiado. 
La Seca poco a poco terminará acabando con el Parque Natural de Los Alcornocales si Dios no lo remedia, y tendrá que ser Dios porque a los responsables parece no quitarles el sueño.

Justo pasada la vaguada cambiamos el sentido de nuestra marcha con un giro de 90º a nuestra izquierda.

Y rápidamente tendremos a nuestro frente el Cerro de la Manceba (355 mts) y las afloraciones de arenisca dónde se ubican los numerosos abrigos.

Para acercarse a ellos existe un paso dónde la alambrada está "tuneada". A nosotros no nos gusta ni saltar vallas ni colarnos por pasos furtivos y aunque en este caso en vez de colarnos en alguna finca, estaríamos saliendo, preferimos tirar de zoom y movernos por las cercanías y sacar las fotos desde la distancia.

Afortunadamente existen buenos ángulos para sacar algunas fotos del lugar, tanto fuera como desde dentro, dónde se ubican otras afloraciones con abrigos. Parece ser que en ninguno de los abrigos existen pinturas rupestres por lo que encima, nuestro interés es menor.






Para llegar a las afloraciones habíamos empezado a subir algo, pero ahora nos percatamos de que aún nos queda un buen trecho de subida por el cortafuegos. Empezamos a sudar.

La cuesta sin fin, cuándo parece que llegamos a lo más alto, se nos aparece otro repecho.

Si larga fue la subida, no digo nada de la bajada, larguísima y por un firme irregular.

Nuevamente conectamos con uno de los caminos que abundan por la finca.

Un charco llama nuestra atención por aquí debe estar el Manantial de La Rejertilla, pero no lo vemos.

Cuándo empezaba a desistir de encontrarlo, en un claro rodeado de monte bajo aparece.

No nos entretenemos demasiado, que el camino es largo y nuestro caminar lento. Vadeamos el Arroyo de La Manceba.

El camino, nuevamente en ascenso nos lleva a un descampado sin apenas árboles, dónde el viento de levante nos muestra su peor cara, es hora de comer así que aprovecharemos el Cortijo de Ariga para buscar un lado protegido y reponer fuerzas. Aunque no hace frío, lo nublado del día y el viento, aunque ideales para caminar, no lo son tanto para estar parados.

Desde el cortijo tenemos casi un kilómetro de bajada que nos llevará hasta el Arroyo del Corchadillo. Nuevamente abandonamos la cómoda pista para circular por veredas más agrestes pero sin dudas, mucho más bonitas.


Desde un claro me encuentro con la sorpresa agradable del día, la posición del sol y el cielo casi cubierto de nubes negras dejan pasar unos rayos de sol con una belleza inigualable, es una oportunidad que no puedo dejar pasar y nos entretenemos más de la cuenta sacando un montón de fotos.

En el último tramo de acercamiento al Arroyo del Corchadillo la vereda se pierde, afortunadamente el paso ha sido desbrozado recientemente y esto nos libra de los arañazos a los que ya estamos acostumbrados cuándo nos acercamos a los cauces, dónde la exhuberante vegetación con las zarzas y aulagas a la cabeza nos tienden dolorosas emboscadas.

Aunque aún no lo sabemos, estamos empezando el tramo más duro del recorrido, unos cuatrocientos cincuenta metros nos separan de una pista que discurre por la parte alta a media altura del Cerro de Malabrigo (al que nuevamente nos acercamos), pero el desnivel es endiablado y nos obliga a varias paradas para recobrar el aliento, aunque no existe camino claro, tenemos a nuestra derecha la alambrada que delimita la finca de La Almoraima por lo que sólo se trata de circular paralelos a ella.

Unas veces no hay veredas y otras veces hay demasiadas, pero no tiene pérdida, hay que seguir subiendo cercanos a la alambrada. Un vistazo al gps nos permite ver lo "apretujadas" que están las líneas de nivel (curvas de nivel), indicador claro de la pendiente existente.

En una de las paradas reponedoras nos fijamos en una gran laja existente en el que creo es el Cerro del Republicano. El lugar parece interesante.

Estamos subiendo todo lo que habíamos bajado desde el Cortijo de Ariga. Este mirador que marco sólo se trata de otra afloración rocosa desde dónde tomé algunas fotos y por debajo de él, parte del camino ya pasado.

En un nuevo respiro alcanzamos ver el Cortijo de Ariga y nuevamente el mirador, pero esta vez casi a nuestra altura.

Al no habernos alejado de la alambrada, conectamos prácticamente con la cancela de salida de la finca, también abierta,  nos limitados a trasparsarla y dejarla tal nos la encontramos.

La pista forestal en ligera bajada nos permite un caminar cómodo y nuevamente, buenas vistas. Esta mañana el Guadarranque al igual que el pantano tenían un color rojizo y sucio, ahora, con el cambio del sol ya parece otra cosa.


Una piedra al borde del camino me recuerda el fenómeno de las piedras deslizantes de Racetrack Playa.

Con la excusa de nuevas fotos, volvemos a parar, el cansancio empieza a notarse en nuestras piernas.

Un rayo de sol ilumina en exclusiva el Cortijo de Las Lomillas.

La pista nos permite llegar rápidamente a las cercanías del Cerro de la Luz, lugar dónde conectamos con la parte común del recorrido.

Aunque cansados, no tenemos muchas ganas de finalizar el sendero y nuevamente los idílicos rayos de sol colándose entre los escasos claros nos da la excusa perfecta para terminar esta entrada de la mejor forma posible.




Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15958461
 
Y con esta última imagen me despido hasta la próxima. Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

4 comentarios:

  1. SALUDOS; BUENA RUTA ACOMPAÑADO DE UN BUEN REPORTAJE DE FOTOS QUE NOS HACES LLEGAR POR ESOS BELLOS PARAJES Y BIEN DOCUMENTADA....

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  2. Julio, me alegra que te guste. Muchas gracias.

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  3. Impecable y minucioso, como siempre Jose Luis. Un saludo, gran ruta

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  4. Manuel, muchas gracias por tu comentario, se nota que eres un buen amigo. Saludos.

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Gracias por tu visita.