sábado, 12 de diciembre de 2015

CIRCULAR A LOS LAJARES (APEO, CABRIZAL, ZURRAQUE, CERRO TINAJO, CANCHO DE LA BREÑA).- EL SENDERO TOTAL (6 DIC 2015)

Sendero circular a Los Lajares (estribaciones de la Sierra de Líbar) que saliendo desde los Llanos del Apeo (término municipal de Villaluenga) nos llevará a los Llanos del Republicano a través del Cabrizal, Llano del Zurraque, subiremos al cerro Tinajo dónde visitaremos una pequeña cueva, desde su cima tendremos magníficas vistas del corazón de la sierra de Grazalema (Sierras de Ubrique, Pinar, Cumbres, Endrinal, Peralto, etc...) y de la Sierra de Líbar (Sierras Blanquilla, Mojón Alto, Juan Diego, Montalate, Benaoján y Palo), atravesaremos el Cancho de la Breña, dónde su espectacular torcal no parará de sorprendernos, regresando al punto de partida a través de los Llanos del Republicano. En los Llanos de Zurraque podremos disfrutar de unos antíquisimos quejigos y  encinas centenarias, una de las cuáles está catalogada como árbol singular. Este completo sendero es de los que hace afición, totalmente recomendable y de una belleza sin igual. Iremos a ratos por la provincia de Cádiz, a ratos por la de Málaga.

Este es el sendero más completo de todos los que llevamos realizados hasta el día de hoy, tiene de todo lo que podamos ver/hacer en cualquier otro:  hacer cimas, llanear, trepar, ver árboles singulares, dolinas, lapiaces, dólmenes. torcales, arroyos, figuras fantasmagóricas, flora autóctona, interesantes bajadas, pasos difíciles, caminos claros, caminos tapados, pilas, pozos, caleras, fango, perezosos, pistas, Cañadas Reales y pasos de cabras, buitres, águilas, cortijos, lugares con historia, corraletas, refugios, abrevaderos, simas. En fin, sin lugar a dudas es el Sendero Total.

Dificultad: Moderada (el primer tercio es fácil, la subida al Tinajo es media alta y la bajada a través del Cancho de la Breña moderada baja), así que un poquito de todo. 
Distancia: 10,4 kilómetros.
Tiempo: 7 horas con muchas paradas.
Dejamos el coche en los Llanos del Apeo: 36º43.591'N - 5º19.590'W

Al lugar de aparcamiento se accede a través de la carretera A-374, tomando el desvío hacia el Puerto de los Alamillos, dónde accederemos a la Cañada de las Diez Pilas que nos llevará directamente a los Llanos del Apeo. La mole del Reloj será el guardián de nuestro coche.

Una vista de los Llanos del Apeo desde el Pico del Reloj (visitado en marzo de 2015). El círculo naranja marca exactamente el lugar dónde hemos aparcado.

Estos primeros pasos los daremos por el Cordel del Pozo de los Álamos e iremos acompañados por el cauce arroyo de Los Álamos totalmente seco, este pequeño charco es el único agua que veremos en todo su recorrido.

Aunque hace rato que amaneció, una luz aún tenue nos invita a hacer fotos creativas, esa primera cancela nos introduce en los Llanos del Cabrizal, acabamos de entrar en la provincia de Málaga (término municipal de Montejaque).

Una mirada a nuestra derecha nos permitirá ver en toda su plenitud la zona conocida como Los Lajares y su cerro principal, se trata del Cancho de Patagalana.

Rápidamente dejaremos la vereda que traíamos (Cordel del Pozo de los Álamos) para dirigirnos al pozo del Cabrizal.

El cual está acompañado de un abrevadero y dos pilas talladas en roca.

Allí mismo podremos ver una de las grandes encinas del día. Son pocas las que veremos pero todas de un porte majestuoso.

Mirando un poco a la izquierda podremos ver el Cancho del Torero, una pared vertical de tonos rojizos que parece haber sido cortada de una cuchillada, pero ¿dónde está la parte que falta?. Por la peculiar forma de sus paredes de su derecha también es conocida esta zona como Los Órganos.

Algunas sendas de vacas nos indican claramente el camino a seguir, tendremos que mantenernos a nuestra derecha, paralelos al muro existente.

A nuestra derecha aparecerá un saltadero. Poco a poco abandonados los Llanos del Cabrizal.

Y a pocos metros una angarilla que también debemos cruzar. WP ANG. El camino empieza a volverse pedregoso, situación que se mantendrá prácticamente hasta que accedamos a los Llanos del Republicano.

La leve subida que llevamos empieza a hacerse más notoria.

Llegaremos a una pequeña dolina con una corraleta y una nueva pero igualmente inmensa encina.

Se trata del Hoyo de la Matanza. WP DOLINA.

El camino se ha estrechado, un quejigo (el otro árbol mayoritario del sendero) parece querer cortarnos el paso.

Caminamos por la base de una inmensa mole pétrea, se trata del Cerro Los Frailecillos (1.159 mts).

Hemos llegado al Llano de Zurraque, un paradisíaco rincón dónde se respira paz y tranquilidad, por no oirse no suenan ni los pájaros. Justo enfrente de nosotros y casi escondido aparece el Pico Ventana en la sierra de Juan Diego.

Nos llama la atención un inmenso quejigo y nos dirigimos hacia él.

Realmente grueso, aunque además de tener una mitad totalmente desgajada el color de sus hojas verdes pero arrugadas por una presumible la falta de alimento por problemas en las raíces parecen presagiar que no le queda mucho de vida, una pena. Ojalá me equivoque.

Un nuevo ángulo nos permite ver algo mejor la Sierra de Juan Diego.

Como plantados intencionadamente de forma paralela nos encontraremos varios quejigos a cual más bonito y por detrás de ellos y bordeando el llano, las encinas.





Para no cansar con tanto árbol termino con esta encina, catalogada como árbol singular de Andalucía y uno de los dos únicos existentes en Montejaque.

 Al fondo del llano vemos el Cortijo de Zurraque.

Cerca del cortijo veremos este perezoso, uno de los pocos que actualmente siguen en servicio y que sirve de depósito de agua para los animales, tras él, un pozo con dos pilas.


Embelesados por el lugar nos salimos del llano casi sin darnos cuenta. Saltaremos el muro y sin tiempo a adaptación nos introducimos en la zona más tupida del camino, algunos tramos pisados por los animales nos servirán de guía, la cuestión es ir progresando paralelos a otro muro que quedará situado a nuestra derecha. Salimos de Málaga y entramos en Cádiz.

Aquí lo tenemos.


Con dificultad intuimos la Sierra de Mojón Alto y su altura mayor y de mismo nombre (1.295 mts).

Poco a poco el camino se va abriendo.

Esta angarilla pone fin al camino cerrado. WP ANG2. Recordad que lo mejor que podemos hacer es que nuestro paso no se note, así que todo debemos dejarlo tal como nos lo encontramos, una angarilla cerrada pues cerrada, una abierta pues abierta y si podemos evitar pisar una flor pues lo evitamos.

Empezamos a rodear el cerro Zurraque, a nuestra izquierda queda una zona llamada Cabeza del Caballo.

Y aquí lo tenemos, el Cerro de Zurraque (1.166 mts). Aunque en un principio teníamos intención de incluirlo en nuestro planing, viendo la hora que es y lo pronto que anochece decidimos pasarlo de largo, nos gusta disfrutar del camino con total tranquilidad aunque para eso tengamos que sacrificar algunas cosas, en este caso la subida al cerro.

Como véis, el murito que delimita las provincias de Cádiz (Villaluenga) y Málaga (Montejaque) sigue con nosotros y para no variar lo seguimos dejando a nuestra derecha.

Se ha hecho de rogar pero ya empezamos a tener "vistas largas". WP MIRADOR TINAJO. La Sierra del Caíllo a nuestra izquierda, Peralto al centro y a la derecha la imponente Sierra del Endrinal y un poco de la Sierra de Las Cumbres. Justo en el centro de la imagen el Cancho de la Breña al que prestaremos especial atención cuándo lleguemos.

Con un poco de zoom también podremos ver el cortijo de Los Arenales.

Un nuevo paso por el muro. Salimos de Cádiz y entramos en Málaga. ¿O es al revés? Ya estoy liado.

Bueno, ya tenemos el Cerro Tinajo (1.068 mts) enfrente, y como no tenemos excusa pues habrá que tirar "p'arriba" despacito y con buena letra.

La nubosidad y bruma existente nos ofrecen unas imágenes oníricas de la Sierra de Líbar. Por ahí anda el Martín Gil (1.395 mts) cota máxima de Sierra Blanquilla, el Mojón Alto (1.295 mts) o el Palo (1.400 mts). Estos picos son asignaturas pendientes pero es que ¡nos pilla tan lejos!.

Dejamos de pensar en futuras salidas y seguimos adelante, estamos entrando en una zona dónde el lapiaz y sobretodo el torcal son los reyes.

El Cancho de la Breña nos llama ansioso pero aún no podemos acudir a su llamada. Muchos ven en su parte alta un dragón, a otros nos parece ver una tortuga, sea como sea, el sitio es cautivador.

Más piedra seca como preámbulo a lo que pronto veremos.

Otro paso por el muro, pero esta vez incluye cercado, el camino está claro. Volvemos a ¿Cádiz? Ojú que lío. Ciertamente volvemos a Cádiz.

Una nueva excusa para dilatar el ataque a las rampas del Tinajo, una pequeña cueva llama nuestra atención.

Y hacia ella vamos.

Una mirada arriba y cada vez nos parece más difícil subir.

Será pequeña pero alguien se ha tomado muchas molestias en hacer un muro en su entrada. ¿?

Ya dentro, vemos una sala principal (recuerdo que es pequeña, muy pequeña) y algunas galerías.


Una chimenea aporta un punto de luz agradable.

Más piedras tapando ¿una entrada?

A la derecha se abre como dicen los franceses "un trou de souris", ratonera o literalmente "agujero de ratones", pues precisamente lo que me gusta, a reptar como una sabandija.

Se abre otra pequeña sala y al fondo, "ná de ná", ahí se acaba.

Desde dentro hacia fuera.

Acabada la inspección, vamos para arriba. Esto me gusta, un torcal en toda regla.

Son curiosas las marcas en la piedra, parece como si en vez de piedra fuese mantequilla cortada con un cuchillo caliente.

Allí abajo, en el Cancho de la Breña, una pequeña dolina por la que deberíamos pasar (si no nos despistamos) en nuestra bajada.

De momento vamos rodeando el cerro del Tinajo sin cambiar de cota en busca del acceso más cómodo.

Hemos perdido el track que seguía, así que subimos por libre, además hoy nos apetece trepar un poco.

Es irresistible dar una mirada atrás. (Cualquier excusa es buena para parar y tomar aire ;)).

Los bastones ya sobran, a "cuatro patas" se sube mejor.

Alguna deliciosa trepadita. 

Una vez observado el terreno nos parece más fácil subir en zig zag, así que buscamos la parte derecha intentando alargar la distancia pero disminuir la pendiente.

Ya en la parte derecha no queda más remedio que tirar por derecho. Afortunadamente todo está muy seco y las botas agarran a la perfección, no sé si con el terreno húmedo hubiese sido tan cómoda la ascensión. Una captura de Earth nos permite ver la ruta de ascenso. El punto amarillo es el lugar dónde iniciamos el zig zag a la derecha.

Ahora sí vamos en línea recta hasta arriba.

Por la parte derecha encontramos algunas grietas así que yendo un poco a la izquierda tenemos un caminos más fácil.

Aquí te sientes el dueño del mundo, lo tienes todo alrededor.

Un poco más a la derecha.

Y algo más.


Mientras saco fotos me percato que mi compañera de caminos anda pensativa, lo que no sé si lo que piensa es que ¿para qué puñetas he subido hasta aquí? o ¿Como voy a bajar? Apuesto por lo segundo, ya que no quiere ni mirar hacia abajo. Trepar le encanta, pero bajar... eso es otra cosa.

Bueno, un saludo de rigor para todos vosotros.

Ese murete que cruza la imagen es la delimitación de Málaga y Cádiz, o lo que es más exacto, de Montejaque y Villaluenga. Por esa vaguada hubiésemos llegado caso de haber subido al cerro Zurraque. Otro día será.

Nos gustaría estar más tiempo arriba, pero aún queda camino. Así que a bajar toca, eso sí, cada uno con su estilo.

La bajada es mucho más fácil, así que si tenéis dudas siempre se puede usar el camino de bajada también para la subida, pero ya os digo que perderíais encanto.

En la base de la rampa.

Una miradita arriba.

Bueno, ya estamos abajo, el cerro Tinajo ya es historia. De cabeza al Cancho de la Breña a través de la Colada de las Veredas de Ruiz al Pozo de los Arenales.

Impresionante. Comienza el espectáculo.









El camino serpentea tímido. Con fango habría que ir con cuidado pero seco tal como está no representa ningún problema.

La dolina hacia la que nos dirigimos está más cerca.

Y el camino se oculta por momentos.


Y más piedras.


Es más grande de lo que parecía en un principio.

Nuestra tortuga de la Breña ha mutuado, ahora parece una iguana.

Continuamos absortos con el paisaje.



Una nueva angarilla nos abre paso a los llanos del Republicano. A pesar de la sequedad algunas flores han acudido a su cita anual para darle la bienvenida al invierno. WP ANG4.
Aquí tenemos una planta trepadora Clematis cirrhosa.

Justo en el lugar dónde se unen los arroyos de los Álamos y el de las Adelfas nos encontramos esta construcción semiderruida, ¿pozo o calera?

A nuestra derecha tenemos un cercado que forma un ángulo recto, iremos paralelo a él y nos incorporaremos a la Cañada Real de los Bueyes de Ronda que ya no dejaremos hasta volver al coche.

Cada vez me gusta más jugar con los flares y el sol del atardecer me lo pone fácil.

El cerro Tinajo desde otro ángulo, desde lejos parece más dócil de lo que realmente es.

Lo que queda de la Casa de la Gordilla.

El camino está muy marcado y ya no revista ninguna dificultad.

El segundo invitado del invierno y protagonista principal de los llanos hasta que las orquídeas florezcan, se trata del lirio silvestre Iris planifolia.

 Este puente sobre el arroyo de los Álamos nos abre paso al Cortijo de la Patagalana.

Explotación agrícula en funcionaniento y llena de perros, afortunadamente casi todos amarrados.

Un excepcional quejigo doble nos sale al encuentro.

Para finalizar buscamos el dólmen de la Patagalana, por detrás de ese murete debe estar.

No es gran cosa pero bueno, sirve de broche final a este fantástico recorrido.

Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11645091
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

2 comentarios:

  1. Bonito ¡eh!, a más de uno le ha dado un buen susto los perritos, enhorabuena. Saludos cordiales

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  2. Lo de los perros fue curioso, al principio sólo se acercó uno ladrando algo, me puse a acariciarlo y se tranquilizó, seguimos andando y al tomar la curva aparecen tres más ladrando y es entonces cuándo el primero que iba acompañándonos se volvió hacia los otros tres y les gruñó como para reñirles, una vez hubiese sido casualidad pero lo repitió tres veces, lo cual me dejó claro que nos estaba defendiendo, increible el comportamiento del chucho con gente desconocida. Moraleja: una caricia a tiempo hace amigos para siempre.
    Un abrazo, amigo.

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